Entre el realineamiento y la fragmentaciónPor Sergio Berensztein
Hacer un balance del actual proceso electoral es, a todas luces, prematuro. Tenemos, antes de las generales de octubre y hasta de la eventual segunda vuelta en noviembre, comicios en provincias como Chaco, este fin de semana, y Mendoza, el próximo. También resta resolver las sucesiones en los casos de Buenos Aires, CABA y Entre Ríos, que en conjunto constituyen poco menos que la mitad de la población del país. Sin embargo, lo ocurrido hasta ahora ya configura un sistema político con características innovadoras, no solo en función de las autoridades que están siendo designadas para ocupar cargos ejecutivos y legislativos en todos los niveles de la administración pública, sino también de los estilos de liderazgo que la sociedad parece estar reclamando. En otras palabras, qué quieren los argentinos como expresión de su clase dirigente.